Llevamos años diciendo que hay burbujas en cualquier cosa que funcione bien o que, sobre todo, empiece a funcionar especialmente bien de un año para otro.
El problema real de esto es:
- Nos da miedo y nos sorprende que un sector o una profesión pueda tener relativo éxito, si hasta ahora no existía.
- Cuando algo va bien, todos queremos subirnos al carro y no todo el mundo sabe hacer de todo, por fácil que os parezca.
En mis pocos años de profesión he tenido que escuchar muchas barbaridades sobre ello. La frase favorita era «eso lo puede hacer cualquiera», la otra es «el apocalipsis va a llegar». Hoy toca hablar del apocalipsis de las redes sociales y la comunicación online.
Tras muchos clientes, formaciones y eventos, llega un día en el que no sabes distinguir bien dónde está la línea del bien y del mal, es decir, no puedes distinguir de un primer vistazo quién es un buen profesional y quién te está vendiendo una cuenta engrosada de seguidores falsos que jamás verán tu marca, porque no son personas… No son tus clientes.
Y esto es lo que muchas empresas jamás comprenderán. Que si vives de apariencias, si no ofreces resultados reales y a largo plazo, no conseguirás ningún tipo de conversión en redes sociales. Ésta es la verdadera causa de la burbuja que todos profetizan.
Si os digo la verdad, a mí me da mucho respeto asegurarle a un cliente que gracias a tener una cuenta de Facebook o una de Twitter acabará vendiendo más a final de año. Pero no se trata de eso, no hablamos sólo de vender, hablamos de conocimiento de marca, de relación con personas, de aprender lo que quieren realmente tus clientes… Son demasiadas cosas y no todas son prioridad para nuestros clientes (hoy en día menos). Por eso, muchos acuden al discurso fácil de tener muchos seguidores o fans.
Todos queremos vender, cobrar a final o a principios de mes, pero… ¿Cómo vendes si no hay nada que comprar? Si nadie te conoce, si tú no conoces a tu cliente, si no estás donde éste te busca…
Muchas empresas (agencias o lo que sea) se han dejado llevar por el miedo a que el cliente no nos entienda cogiendo por el camino fácil: «en un mes tendrás 1.000 seguidores, 1 millón de impresiones y conseguiremos hacer un trending topic». Pero hay que andar con mucho cuidado con lo que prometes. Cuando ves que no puedes alcanzarlo, te pones nervioso y llegas a hacer cosas como comprar seguidores, crear cuentas falsas en redes sociales y otras cosas poco éticas que no tendrán mayor resultado que un informe bonito y llamativo a final de mes… Un informe con enormes números y poco fondo.
Esta claro que no todo es redes sociales en la comunicación con tu cliente, pero esto dependerá de la empresa y su producto/servicio, sus objetivos y tu público. Es fundamental, por ejemplo, tener en cuenta otras plataformas, herramientas de comunicación y lo off…
Cambiando de tema
Por otro lado, hoy en la oficina escuché algo así como «lo de las impresiones es algo muy relativo». Hay mucha desconfianza a la hora de hablar de impresiones, porque se trata de una métrica que calcula impresiones potenciales, no reales. Es decir:
- @sarappm publica un tuit y llega a sus seguidores. Impresiones: 2,754.
- Ese tuit recibe un retuit de una persona con 1.000 seguidores. Impresiones: 3,754.
¿Por qué es relativo este cálculo? Porque la persona que interactuó conmigo puede compartir un 50% de los seguidores y el alcance real (o impresiones a usuarios únicos) sería de 3.254. El otro 50% correspondería a usuarios en común.
Por mi parte, es un cálculo que no me gusta obviar en un informe, siempre y cuando no engañes a tu cliente, explicándole este detalle. ¿Por qué? Pues porque te da una idea aproximada de: tu actividad, su interés, tus interacciones y el alcance de los usuarios que interactuaron contigo de un sólo vistazo y en una sola gráfica. Siempre es bueno desgranarlo al detalle, pero puedes apreciar aquí determinados picos (altos o bajos) que te ayudarán en tu estudio.
Parece que tenía demasiadas cosas que decir en un sólo post, espero haberme podido explicar con un poquito de claridad. Si no… Ponedme un tuit y charlamos 😉
Inquietudes de una periodista 