¿Por qué me cuesta delegar?

¿Cuántas veces le has pedido a otro que te eche una mano en algo? ¿Sueles compartir responsabilidades con otras personas? ¿Colaboras en proyectos con un equipo de profesionales? Si en tu día a día sueles repartir tareas o eres responsable de un equipo, puede que te unas a mi sentimiento. Sin embargo, también habrá casos en los que suceda todo lo contrario. Tú, sí, tú… ¡Necesito que me cuentes tu secreto!

Dificultad transmitiendo prioridades

Bueno, en realidad podríamos llamarlo dificultad para establecer prioridades. TODO ES URGENTE. Cuando pido algo a alguien, normalmente, es prioritario. Si no pido nada es porque todo es procrastinable. Como a veces tengo la sensación de que mis prioridades son mías y de nadie más, me resulta complicado que la gente entienda el hecho de que «esto es para ahora».

Fíjate que yo no soy muy exigente. No lo quiero para ayer, lo quiero (el cliente lo quiere) para ahora. Y es que la inmediatez de las redes sociales a algunos nos tiene absorbidos.

Cada uno tiene su estilo

¿Alguna vez has tenido que hacer una presentación que otro iba a «presentar»? Muchas veces me he enfrentado a estos casos. Alguien tiene una idea, la cuenta y luego tú la tienes que pasar a letras en pantalla. Hombre, puede que seas rápido captando la esencia de esa idea, pero lo más normal es que haya un alto margen de error entre lo que esa persona espera y lo que tú transmites. Y es que cada uno tiene su estilo…

Por eso me cuesta delegar, al menos en ciertas tareas (no, nunca le he pedido a nadie que me haga una presentación). Sin embargo, hay que respetar el estilo de los demás, porque nadie tiene la razón sobre todas las cosas. Lo importante de esto es cumplir con unos mínimos y, después, valorar si su estilo es bien recibido por parte de la comunidad a la que nos dirigimos…

Cuestión de tolerancia.

¿Estamos perdiendo el tiempo?

Otra cosa que me pregunto cada vez que tengo que mandar una tarea es… ¿Tardaré menos en hacerla yo? No, no, ¡no! Puede que al principio nos pase eso y tengamos que ayudar, corregir, dar la lata, sacar el látigo… Pero está claro que pensando que «haciéndolo yo, terminamos antes», no avanzamos nunca y convertimos al proyecto en un niño dependiente incapaz de andar solito.

Nadie es indispensable, sólo necesitan un poco de tutorización… Y todo esto lo digo para autoconvencerme a mí misma.

También es verdad que a todo esto se añade otro hecho…

«Te lo dije»

Puedes decir una cosa mil veces, que no tienes manera de que a la otra persona le entre en la cabeza. ¿Quién es el responsable? ¿Tú no te explicas? ¿No has insistido lo suficiente? ¿La otra persona no tiene interés?

Sí, al final, acabas haciéndolo tú… Porque para qué.

Tenerlo todo bajo control

Querer tenerlo todo bajo control es una auténtica enfermedad de las que quitan el sueño por las noches. Sí, tú delegas, otros ejecutan, pero necesitas estar al tanto de esa ejecución, ver cómo se desarrolla, qué resultados está teniendo… Enfermedad.

Delegar es mucho más que mandar tareas a terceros. Hay que enseñarles a ser consecuentes y conocer el ciclo completo de tus tareas, desde el diseño, pasando por la ejecución (eso que nadie quiere… Qué malotes), la medición, etc.

Y luego… Extraer conclusiones en equipo. Así, todos aprenden.

En fin

Que sí, que puede que delegar sea guay, pero no todos servimos para esto. Confío y tengo la esperanza en que sea cosa de experiencia y, con el tiempo, todo fluya…

Acerca de sarappm

Periodista desterrada, escondida en un rincón de internet. Mente inquieta. Amante de Android, casada con Google y viviendo un reciente noviazgo con Google+. Pero mi amor verdadero es Twitter. Me encanta idear...inventar y crear. ¡Ilusión y ganas! En busca de la felicidad. ¿Mis intereses? Todo lo que pueda entender y contar. Me conocerás en @sarappm.
Esta entrada fue publicada en General, Se cuece en las empresas..., Sin categoría. Guarda el enlace permanente.

Una respuesta a ¿Por qué me cuesta delegar?

  1. Delegar es tan complicado como necesario. A mí también me cuesta a veces trabajo delegar en otras personas, pero creo que es muy bueno y poco a poco intento hacerlo más. Muchas ocasiones piensas, «si quieres que las cosas salgan bien, hazlas tú mismo», puede ser verdad, aunque creo que no es que salgan bien, es que salgan como tú quieres. Es posible que dándole confianza a otra persona, te termine gustando también su forma de trabajar. ¡Todo es probar! Enhorabuena por la entrada.

Deja un comentario